Jeff Jarrett, luchador de AEW, afirma en su podcast "My World" que los luchadores "tweeners" (aquellos que no se definen claramente como héroes o villanos) son un error y perjudiciales para la industria. Considera que la clave para conectar con el público radica en la claridad y coherencia del personaje, ya sea como babyface (héroe) o heel (villano). Jarrett argumenta que los personajes tweeners no son comercializables y que su ambigüedad impide que el luchador destaque y que el segmento televisivo tenga el impacto deseado. Para él, esta falta de definición diluye la conexión emocional con la audiencia, esencial para un babyface que busca el apoyo del público. En contraste, Jarrett destaca su propio personaje en AEW, "The Last Outlaw", diseñado para provocar una respuesta emocional intensa, ya sea positiva o negativa, como ejemplo de éxito. En resumen, Jarrett concluye que los luchadores deben comprometerse con ser un héroe o un villano, evitando la ambigüedad. Considera que la mayoría de los tweeners fracasan, y que la autenticidad y la coherencia en el personaje son fundamentales para generar una conexión real con los fanáticos y alcanzar el éxito en la lucha libre profesional. Para Jarrett, la falta de compromiso con un rol definido es, en la mayoría de los casos, una sentencia de muerte para la carrera de un luchador.
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